Daniel Chávez Morán, dueño de grupo Vidanta es, por orden de López Obrador, el supervisor de toda la obra del Tren Maya. Cuando José Ramón López Beltrán se metió en el problema de su Casa Gris de Houston, tuvo que demostrar que no era un haragán. Para ello una empresa de los hijos de Daniel Chávez Morán, Kei Partners, sirvió de fachada para simular que el hijo de López Obrador era asesor jurídico de esa firma; una maroma llena de falsedades que nadie creyó. Resulta que el hijo de López Obrador sigue gozando de las mieles del poder del padre.
Este fin de semana fue visto en el Torneo de Golf Vidanta Vallarta, en uno de los palcos principales, acompañado de sus amigos. Una fotografía difundida por el medio Tribuna de Bahía lo muestra muy sonriente. Vale mencionar que sigue siendo un misterio cómo le hace José Ramón para darse tanto lujo; cómo le hace para tener tanto tiempo libre y disfrutar de la vida en los diferentes centros turísticos.
Por supuesto, todo se explicaría si el hijo del presidente fuera el enlace de muchos empresarios en los contratos de PEMEX y Dos Bocas, como fue en el caso de la empresa Baker Hughes, la cual le prestaba una lujosa mansión mientras se cerraba el negocio.
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