Un acto antinatural da origen al Día Internacional del Beso. Una pareja tailandesa se dio un “beso” de 58 horas, 35 minutos y 58 segundos

Beso
Una pareja tailandesa se dio un “beso” de 58 horas, 35 minutos y 58 segundos FOTO: WEB

De acuerdo con los registros, el 13 de abril, Ekkachi y Laksana Tiranarat, un guardia de seguridad y su esposa, ganaron un concurso en 2013 dándose el “beso” más largo de la historia: 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Este espectáculo antinatural los hizo entrar al libro Guinness de los récords. Decimos antinatural, porque, que dos personas pasen más de 58 horas con la boca pegada el uno al otro, en un acto bizarro y, por supuesto, incómodo y doloroso; eso no es un beso. Un beso es una caricia primigenia, que, como la palabra “amor”, surge de la maternidad.

Los estudiosos del tema señalan que el beso es un acto reflejo que nos recuerda el cariño y la generosidad de la madre que amamanta. Es un error relacionar el beso sólo como un acto pasional, sexual. El beso, como caricia (Caricia/Caritas/Gracias), es un acto que surge en esencia de la generosidad.

Se besa a la persona generosa que se entrega apasionadamente a uno; se besa a la persona generosa que te da afecto; se besa a la persona que necesita afecto; se besa a la persona que te pide afecto. Pero pasar 58 horas pegado a una persona, obligados por la esperanza de un premio o de un registro en el libro Guinness, eso, definitivamente no es un beso.

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