El presidente Andrés Manuel López Obrador cedió finalmente ante la fuerte presión mediática que han hechos los países por la tragedia donde perdieron la vida 40 personas. Especialmente se vio la exigencia de El Salvador al llamar a esta tragedia crimen de Estado y, por lo tanto, exigió la cabeza de los responsables de la política migratoria en México. Todavía hace unas horas, el presidente mexicano defendió a Francisco Garduño Yáñez al considerar que ha tenido un buen desempeño como director del INM.
Esto pese a que la FGR procedió penalmente contra él por presuntamente haber sido omiso en garantizar las condiciones de seguridad en la estación migratoria de Ciudad Juárez, en la que murieron 40 migrantes.
Bien reza el dicho que, el hilo se rompe por lo más delgado, por lo mismo el gobierno de la 4T, no podía dejar que este tema perjudicara los planes del presidente, de imponer un sucesor para el 2024. No crea que el sacrificio de Francisco Garduño Yáñez es por aplicar justicia, sino más bien porque les puede echar a perder la fiesta de la sucesión presidencial.
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