El profeta Jeremías dijo: «¡Maldito aquel que confía en los hombres, que se apoya en fuerzas humanas y aparta su corazón del SEÑOR! Será como una zarza en el desierto». Lamentablemente confiar plenamente en los políticos mexicanos nos acarreará desilusión. Resulta muy desconcertante y desmoralizador enterarnos que Morena y la oposición pactan en el Congreso una reforma que limita las facultades del Tribunal Electoral. El proyecto busca impedir a los magistrados electorales emitir sentencias sobre decisiones tomadas por los partidos en materia de paridad de género, la selección de sus dirigencias y candidaturas.
En otras palabras, ellos quieren ser los que mandan y no aceptan que otra institución los censure o conmine. Y es que sería lamentable que la reforma contra el TEPJF avanzara con el aval del PAN y del PRI, ya que éstos no tendrían reglas ni limites en sus ambiciones políticas. Por ejemplo, el Tribunal Electoral invalidó una reforma a los estatutos del PRI con la que el dirigente Alejandro Moreno, Alito, pretendía extender su mandato un año más.
En el mismo sentido, el órgano judicial dio a conocer la semana pasada un proyecto de sentencia en el que propone anular un acuerdo del Congreso Nacional de Morena que permitía a Mario Delgado, presidente del partido, prolongar también su dirigencia. Ojalá y que haya un poco de congruencia, aunque si logran su cometido, no dude usted que los electores les pasaran la factura en a las futuras elecciones.
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