México es un país de contrastes, por un lado, su presidente se da el lujo de gastar seis mil millones de dólares o, al cambio actual, 121 mil millones de pesos en 13 plantas de Iberdrola que, según las voces de varios expertos, ya son viejas y algunas de plano son obsoletas. En contraste, en un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que el número de pobres ha aumentado 27% en los últimos cuatro años; es decir, más de cuatro millones de connacionales descendieron en su calidad de vida.
Además, muchos mexicanos siguen levantado la voz por la escasez de medicamentos, incluidos aquellos de alta especialidad para el cáncer. Y es que, en este gobierno los institutos de salud han sufrido recortes presupuestales muy importantes. Ahora nos damos cuenta que la pretensión tropical del ejecutivo federal de parecerse a Dinamarca solo fue chunga, una burla para los mexicanos.
Eso sin contar que, en el ámbito educativo, también hay carencias. Existen al menos dos mil 700 escuelas que siguen teniendo piso de tierra, techo de cartón, sin pizarrones, agua corriente en baños y bebederos. Pero eso sí, el presidente López Obrador se da el lujo de gastar 121 mil millones de pesos en 13 plantas de Iberdrola.
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