La mera celebración del nombramiento de la nueva presidenta del INE por parte de López Obrador, del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y de la mandamás de la Ciudad de México, deja muchas dudas y levanta suspicacias. Y es que, al parecer el Ejecutivo federal espera de Guadalupe Taddei un poco más de consideración, sobre todo ahora que se acerca rápidamente la elección del 2024. Lo cierto es que no será poca cosa la presión que recibirá Guadalupe Taddei por parte del poder Legislativo y del poder Ejecutivo.
Sin embargo, la nueva funcionaria deberá de privilegiar el diálogo entre los consejeros que presidirá, ya que necesitará del voto de ellos para volver armar la estructura del INE, misma que fue alterada por la salida de Lorenzo Córdoba y de un buen número de directivos
Por ejemplo, para cubrir el espacio que dejó vacío Edmundo Jacobo como secretario ejecutivo, requerirá de al menos ocho votos de los 11 consejeros que componen el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). No hay de otra, tendrá que saber tejer fino si quiere sacar adelante la encomienda que le corresponde.
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