Sin embargo, la nueva funcionaria deberá de privilegiar el diálogo entre los consejeros que presidirá, ya que necesitará del voto de ellos para volver armar la estructura del INE, misma que fue alterada por la salida de Lorenzo Córdoba y de un buen número de directivos
Por ejemplo, para cubrir el espacio que dejó vacío Edmundo Jacobo como secretario ejecutivo, requerirá de al menos ocho votos de los 11 consejeros que componen el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). No hay de otra, tendrá que saber tejer fino si quiere sacar adelante la encomienda que le corresponde.