En Oaxaca el presidente López Obrador insiste que su estrategia «abrazos, no balazos», es la adecuada para combatir la inseguridad en el país. En Oaxaca, donde se encuentra para conmemorar el natalicio de Benito Juárez, el presidente declaró: «Considero que la estrategia que hemos llevado a cabo en todo el país y en Oaxaca es la adecuada para enfrentar el flagelo de la violencia. Creo que antes se pensaba resolver el problema de la inseguridad, solo con el uso de la fuerza, se pensaba que, con cárceles, con amenazas de mano dura, con leyes más severas, decían los gobernantes frente a las cámaras No me va a temblar la mano´, La ley es la ley, y ya vimos lo que hicieron».
López Obrador está cerca de Michoacán, estado donde los cárteles operan con plena libertad, imponiendo cuotas, poniendo precio a las mercancías que ellos mismos distribuyen, asesinando a los que no se ajustan a su extorsión. En el norte del país, estados como Tamaulipas está controlado por los cárteles de la droga.
Como se pudo ver, en plena calle se puede asaltar, secuestrar y asesinar sin que las policías aparezcan. Y así, en otras regiones del país como Guanajuato, Jalisco, Veracruz, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Zacatecas y Sinaloa, el narco aplaude la terquedad del presidente. Son los narcos los más beneficiados con esta estrategia de «abrazos, no balazos».
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