López Obrador está cerca de Michoacán, estado donde los cárteles operan con plena libertad, imponiendo cuotas, poniendo precio a las mercancías que ellos mismos distribuyen, asesinando a los que no se ajustan a su extorsión. En el norte del país, estados como Tamaulipas está controlado por los cárteles de la droga.
Como se pudo ver, en plena calle se puede asaltar, secuestrar y asesinar sin que las policías aparezcan. Y así, en otras regiones del país como Guanajuato, Jalisco, Veracruz, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Zacatecas y Sinaloa, el narco aplaude la terquedad del presidente. Son los narcos los más beneficiados con esta estrategia de «abrazos, no balazos».