Denuncian a Rafael Martínez Zaleta. El funcionario del gobierno de Cuitláhuac García, ofreció plazas de maestro por las que recibió 100 mil pesos (1ª parte)

En el mes de octubre de 2022 un enganchador le llevó a Rafael Martínez Zaleta, a un matrimonio que deseaba ocupar una plaza de maestro en la Secretaría de Educación de Veracruz. Martínez Zaleta se presentó como un hombre honrado, cercano al fallecido Juan Nicolás Callejas, por lo mismo, se dijo consentido de Juan Callejas hijo. Este sujeto llevó a la pareja a su casa, ubicada en la calle Belgrado # 14 en el fraccionamiento Monte Magno. Ahí les mostró fotografías en las que aparece con el fallecido líder magisterial.

También mostró los libros que tenía publicados y aseguró que estaba trabajando en un libro sobre la vida de Juan Nicolas Callejas Arroyo. Martínez Zaleta aseguró que, como agradecimiento por la realización de ese libro biográfico, del ahora conocido como el “cacique romántico”, le otorgarían plazas de maestro para que él las colocara a su propio albedrio.

Fue así que ofreció a este joven matrimonio una plaza de maestro en telesecundaria; el costo de la plaza sería de 100 mil pesos. Hay que hacer hincapié en que Rafael Martínez Zaleta, hermano del fallecido Edmundo Martínez Zaleta, es funcionario público del gobierno de Cuitláhuac García, pues supuestamente labora en la dirección general de Atención a Migrantes a cargo de Carlos Enrique Escalante.

Esta dirección depende de la subsecretaria de Gobierno, a cargo de Carlos Alberto Juárez Gil. Y decimos supuestamente, porque cada que preguntamos por Martínez Zaleta en esa oficina, dicen que está fuera, en trabajo de campo; una excusa muy socorrida para esos aviadores que sólo acuden a cobrar su quincena. Martínez Zaleta recibió a principios de octubre, dos depósitos, de los que tenemos copia del comprobante electrónico SPEI, por 50 mil pesos.

Una vez recibido el dinero, Martínez Zaleta empezó con su estrategia de dar largas. Pasó octubre, noviembre y en diciembre la pareja engañada exigió la plaza o la devolución del dinero. Por supuesto, Martínez Zaleta, un ludópata empedernido, no tenía ni lo uno ni lo otro… (Continúa)

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