Hace unos días el presidente López Obrador, tratando de eludir las preguntas de la periodista Nayeli Roldán sobre el espionaje a activistas y a periodistas incómodos, el presidente dijo que su gobierno no realiza espionaje, que ellos no son como los de antes. López Obrador, abrumado por la inteligencia declaró que lo que el Ejército hacía con el software espía Pegasus no era espionaje, sino inteligencia. Marco Antonio Solís, “El Buki”, soltó en sus redes sociales una broma, tomando las palabras del presidente: «Si sus novias o esposas les checan el celular, no son labores de espionaje sino de inteligencia…»
Apenas hizo eso, desde los alrededores de Palacio Nacional se soltó una campaña de desprestigio contra “El Buki” con el hashtag #NarcoAntonioSolis. En algunos tuits revelaron una supuesta amistad con Calderón, una condonación de impuestos y supuestos vínculos con el crimen organizado.
De acuerdo con Axolotl Global Inteligence, «como en otros ataques en contra de activistas y periodistas que critican al presidente @lopezobrador_ el grueso de los tweets proviene de la Ciudad de México, en concreto de un sitio cercano al Palacio Nacional». Así con este gobierno y sus huestes que no soportan ni una crítica, mucho menos una broma a costillas del presidente.
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