Para mí el mejor López Tarso es el que interpretó a Lorenzo Pinzón en la película de Roberto Gavaldón, El gallo de oro. Un hombre que entierra a su madre en un petate, al que le regalan un gallo moribundo y que tiene la habilidad de revivirlo para hacerlo un ganador. López Tarso siempre se lució al lado de las más brillantes actrices, María Félix, Dolores del Río, Lucha Villa. Fue uno de los grandes, a quien se le confió la interpretación de Macario y Pito Pérez, dos personajes salidos de la literatura, a los que convirtió en figuras icónicas de la picaresca en el cine. Siempre bromeamos con la presunta longevidad de Xavier López Chabelo, pero muchos sabíamos que el más longevo de los actores de México era el gran López Tarso.
A sus más de 95 años el señor seguía haciendo teatro, por lo que pensamos que sería eterno, que siempre estaría en los escenarios; pero en el fondo sabíamos que un día se habría de ir. Y se fue. Muere Ignacio López Tarso a los 98 años de edad; muere de una insuficiencia renal, cardiaca y pulmonar. Pinches enfermedades montoneras, sólo así lo pudieron vencer, porque una sola nunca pudo. Muere Ignacio López, ese actor que un día le tomó prestado el apellido a Saulo de Tarso, el apóstol Pablo, para así surcar los más grandes escenarios de México con el nombre “Ignacio López Tarso”.
Muere el actor, pero a nosotros nos deja a Lorenzo Pinzón, Macario, Pito Pérez, Fulgor Sedano y a grandes personajes de teatro como Edipo Rey, Hipólito, de Eurípides; Moctezuma II, Nezahualcóyotl, Cyrano de Bergerac, Tomás Moro, Macbeth. Todavía me acuerdo de ese último grito en la película El gallo de oro: “Ay Dioniso Pinzón sólo fuiste a buscar lo que nunca habías tenido. Que el que nace pa’ maceta, no sale del corredor”.
Comentarios