Entender las incongruencias de Morena es cosa sencilla. Mientras ellos eran oposición, eran fuertes críticos al poder, mientras algún ente público o político no contraviniera sus planes, entonces eran íntegros y excepcionales. Sin embrago, ya montados en el poder las cosas se miran diferente. Cuando Lorenzo Córdova fue nombrado consejero presidente del INE, Eurípides Flores, quien hace 9 años sólo era un egresado de la Escuela Libre de Derecho en Puebla, se congratuló con la llegada de éste.
En su cuenta de Twitter subió la foto acompañado del consejero presidente con la siguiente leyenda: «Como ciudadano celebro la designación d @lorenzocordovav como presidente del INE hombre íntegro y jurista excepcional». Pero ahora que ya se siente abogado del obradorismo y después de cargarle 6 años las maletas a Mario Delgado, sale a decir: «Pero vamos a continuar también con la batalla política desde todos los espacios, para dejar claro de que lo que se trata en esta situación es de conseguir una verdadera democracia, una democracia en la que el actor principal y fundamental es la gente, es el pueblo. No el INE, no Lorenzo Córdova, no Ciro Murayama y, por supuesto, que la democracia no es Edmundo Jacobo».
Eurípides Flores Sólo repite lo que su líder le indica, lo que todos los morenistas repiten hasta el cansancio, sin ideas nuevas, sin argumentos válidos.
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