«Ya llegó, ya llegó, Cuica el bailador», sonaba la música en el “Mojitos”, un antro del puerto de Veracruz donde el gobernador acudió con amigos a bailar salsa. ¿Por qué a muchos incomoda o molesta que el gobernador salga a divertirse en sus ratos libres? ¿A quién molesta que tenga amigos y que tenga habilidad para bailar salsa? A nadie debería molestar, a nadie molestaría si al menos, el gobernador de Veracruz no fuera tan estulto. A la par de su presidente, Cuitláhuac García, sin originalidad y con la simpleza que lo caracteriza, declaró que los miles que salieron a marchar a favor del INE en realidad lo hacían a favor de Genaro García Luna.
¡En serio! ¿Eso es lo que piensa? Sí, tanta estulticia puede caber en una sola persona. Por ello a muchos molesta que ese adefesio de gobernador presuma sus pasos de salsa en el “Mojitos”. Si al menos hiciera bien las cosas, si al menos supiera como gobernar. Pero en más de cuatro años de gobierno Cuitláhuac García ha demostrado que no sabe gobernar, que no le interesa gobernar.
Los seis años de su gobierno serán tan áridos como los dos años que pasamos en la pandemia. Afortunadamente su recuerdo se borrará, y quizá en el futuro sólo recordemos el ridículo que hacía cuando acudía a esos antros a bailar salsa.
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