Es lo que vimos, al menos en Xalapa. Una clase media, estudiada, de gente que seguiría siendo clase media sin los apoyos del gobierno, sin las becas y pensiones de Bienestar es la que salió la mañana del 26 de febrero a defender su voto. La marcha #MiVotoNoSeToca convocó a todos y hubiera estado más completa la marcha si las personas de las colonias populares bajaran a defender también su voto.
Pero se entiende que las mentiras del presidente van dirigidas a esas personas que sí creen que marchar significaba apoyar a Genaro García Luna; ¿se creerían eso de que marchar apoyaría que se diera fentanilo a las jovencitas? Si ellos lo dicen, es porque calculan que impactaría en esa clase pobre que es el fuerte bastión de Morena, la fuerza de López Obrador.
En esta ocasión, lo repito, al menos en Xalapa, la clase media es la que se compromete con la defensa del INE, aunque la justicia social se más necesaria para esas clases apáticas; quizá más preocupadas por conseguir el alimento día con día. Por cierto, Xalapa, que siempre apoyó a López Obrador, desde su primera elección, la de 2006, en esta ocasión le dio la espalda.
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