Si alguien es especialista en abrir frentes en contra, ese es el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Si él creía que no iba a haber repercusiones por su postura solidaria a la administración del depuesto presidente Castillo Terrones del gobierno de Perú, sencillamente se equivocó. Resulta que la presidenta de Perú, Dina Boluarte, anunció este viernes que ha decidido retirar al embajador peruano en México, Manuel Gerardo Talavera Espinar.
Esto en respuesta a las declaraciones del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a quien acusa de «injerencia en asuntos internos» del país andino y de haber «decidido apoyar el golpe de Estado» del exmandatario Pedro Castillo. Es una lástima que el presidente mexicano se entrometa en asuntos completamente ajenos y dañe las relaciones diplomáticas con un país que se ha caracterizado por ser buen vecino.
Las relaciones diplomáticas entre México y Perú iniciaron en 1823, y siempre había prevalecido el diálogo y el respeto entre ambas naciones. Por tal razón, en un mensaje a la nación, la presidenta declaró que «las relaciones diplomáticas entre Perú y México quedan formalmente a nivel de encargados de negocios». Ni hablar, otro pleito que tendrá que atender el #carnal Marcelo.
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