Primero amaga con no ir a la Cumbre de Las Américas si sus amigos dictadores Díaz-Canel, Maduro y Ortega no son invitados. Más tarde una revista británica nombra a López Obrador como el “Tirano del año 2022”. Luego, este “tirano”, condecora al dictador de Cuba con la Medalla Águila Azteca, a pesar de que el gobierno cubano es un violador de los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión. Para engrosar su currículum vitae, López Obrador sigue tomando decisiones de tirano. López Obrador pide que una construcción que desde su óptica fue levantada gracias a la corrupción debe ser tirada o cuando menos rebanada.
Pero va más allá. Ante el pleito que tiene con el Poder Judicial, el presidente se va con todo contra los jueces. «Ojalá los jueces nos escuchen porque no han resuelto lo de una torre que hicieron en el Malecón de Veracruz, en el Centro Histórico, en el Malecón de Veracruz (…). Si no responden, no es amenaza, ni siquiera advertencia, pero lo único que podemos hacer, –aunque también en algunos casos– hay que presentar denuncias de desafuero cuando cualquier autoridad, por corrupción o por influyentismo, afecten el interés público».
Como la Reina de Corazones de la novela Alicia en el país de la Maravillas, si al mandatario la resolución de un juez no le gusta, entonces, con todo el furor de su prepotencia pide: «Que le corten la cabeza». ¡Vaya con los delirios de este tiranosuelo!
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