A pesar de que la UNAM hizo público el dictamen en el que determina que la tesis original es la del abogado Edgar Báez, por lo que la tesis de Yasmín Esquivel es un plagio, a pesar de eso la todavía ministra Yasmín Esquivel declaró: «Ni siquiera he sido notificada de ningún dictamen». La ministra plagiaria se siente pura, inmaculada: «Tengo una carrera impecable, tengo una carrera en la que no tengo de qué avergonzarme y continuaré, por supuesto, trabajando intensamente». Entrevistada por el periódico Milenio la ministra rechaza absolutamente la determinación del comité de integridad de la FES Aragón.
Ella, lo repetimos, se siente pura, inmaculada. Por ello, cuando le preguntan si va a renunciar al cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, muy ufana contesta: «De ninguna manera, no tengo nada de qué avergonzarme, y trabajaré en este proceso de cambio que necesitamos, y de independencia en el Poder Judicial de la Federación».
Claro, una persona que no tuvo vergüenza para plagiar su tesis de licenciatura, que mintió asegurando que el plagiario fue el otro, que presentó pruebas falsas ante el ministerio público, pues que va a tener vergüenza. Por eso no se siente avergonzada, porque la vergüenza no la conoce ni de lejos.
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