Así sea la SEP o la UNAM quien determine si se invalida el título de Esquivel Mossa, sigue siendo delito y la ministra debe renunciar

Yasmín
Andrés Manuel López Obrador y Yasmín Esquivel Mossa FOTO: WEB

El presidente López Obrador nunca se imaginó que el caso de la ministra Yasmín Esquivel se convertiría en una enorme bola de nieve, tal vez pensaron que acabando la elección en la SCJN, este escándalo se acabaría. Sin embargo, éste finalmente se convirtió en una verdadera avalancha, donde instituciones como la SEP y la UNAM no quieren ser los verdugos contra la defenestrada Jazmín Esquivel.

Por un lado, el Ejecutivo federal, fiel a su tozudo talante, sigue insistiendo en que la ministra Esquivel Mossa ha sido víctima de una negra campaña fomentada y alentada por el bloque conservador que se opone a su proyecto de transformación, sin embargo, aunque así fuera, el tabasqueño se niega a reconocer que existe un serio delito, sobre todo por el puesto que desempeña Esquivel Mossa.

Por lo pronto, el presidente y el secretario de Gobernación siguen lamiéndose las heridas en la mañanera y buscan distraer a la sociedad con el cuento de que la UNAM debe ser la autoridad que determine qué tipo de sanción merece la ministra Yasmín Esquivel Mossa. Por cierto, si hubiera un poco de dignidad, ya hubiera presentado su renuncia.

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