AMLO quería pasar a la historia como el Simón Bolívar del siglo XXI, exigiendo al presidente de los Estados Unidos que pusiera más atención y que brindara más apoyo a México y a los gobiernos de Latinoamérica. Biden por su parte fue más enfático, los apoyos de Estados Unidos no pueden ser sólo para México, son para Asia, África y Latinoamérica. AMLO quería hablar de amor y paz, de humanismo y de igualdad. Pero ni Biden ni Trudeau le iban a hacer el caldo gordo al presidente mexicano, ellos traían en su agenda asuntos más importantes. Al final, en el mensaje conjunto que dieron a los medios de comunicación después de la Cumbre de Líderes de América del Norte, los temas que se trataron fue el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo.
Joe Biden dijo que se debe mejorar la tecnología para detectar el tráfico de esa droga: «Hay camiones que son como una máquina de rayos X que se usa en un camión para determinar que hay adentro, porque hay miles que cruzan todos lo días para el comercio legal, y queremos determinar si adentro hay drogas, fentanilo o personas que las están traficando». Justin Trudeau se refirió a las energías limpias y renovables: «Canadá se complace que nuestros amigos mexicanos y estadounidenses se hayan comprometido de manera tan sólida a proteger el aire limpio, agua limpia y un mejor futuro».
Al presidente de México no le quedó de otra que referirse al tema de los inmigrantes: «Le he pedido (al presidente Biden) que insista ante el Congreso de Estados Unidos para regularizar la situación migratoria de millones de mexicanos que llevan años viviendo, trabajando y contribuyendo en el desarrollo de esa gran nación». Ni humanismo ni amor y paz, sólo temas concretos, reales y prácticos.
Comentarios