El misil contra Yasmín Esquivel pegó milimétricamente en el blanco de sus pretensiones de ser la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El veredicto de su alma mater al señalar que sí había habido plagio en la tesis que presentó para obtener su título como abogada, fue el último clavo en el ataúd de sus deseos de convertirse en la mandamás del poder Judicial. Finalmente sólo se quedó con un voto, muy lejos de Norma Piña, la nueva titular de la SCJN.
Algo sobresaliente fue el papel que jugaron los ministros que finalmente inclinaron la balanza a favor de Norma Piña, quien nunca fue bien vista por el Ejecutivo federal, ya que siempre fue la ministra más independiente del poder presidencial y menos alineada a la 4T, ya que de 18 resoluciones que mandó el presidente, la nueva presidenta sólo apoyó tres, eso habla bien de una ministra que busca plena independencia del poder Judicial.
Lo cierto es que este nombramiento le ha calado duro al presidente López Obrador, tanto así que todavía esta mañana amenazó con una reforma al poder Judicial, la cual, adelantó, comenzará él y pedirá que termine su sucesor. Así de duro fue el golpe que recibió por andar metiendo las manos en el nombramiento del poder Judicial.
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