¡Es el colmo! El caso de Yasmín Esquivel cobra dimensiones mayores, sobre todo porque estamos hablando de una ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual entregó en 1987 una copia plagiada de la tesis con la que se tituló; la original la había entregado en 1986 Edgar Ulises Báez. La Universidad Nacional Autónoma de México ya ha iniciado una investigación sobre este caso en el que encontró «un alto nivel de coincidencias». Pues ahora resulta que la ministra Yasmín Esquivel quiere librarse del escarnio público con la inocentada de que fue a ella a quien la plagiaron. Hay dos detalles en esta salida que pretende la plagiaria. La primera es que Edgar Ulises Báez entregó su tesis un año antes, en 1986; Yasmín Esquivel lo hizo en 1987.
Otra más, la académica Martha Rodríguez, que fue quien asesoró a Yasmín Esquivel, también asesoró a Edgar Ulises Báez, por lo que ella debió darse cuenta del plagio y no le dijo nada a Yasmín Esquivel. Un detalle adicional, Martha Rodríguez, cómplice de Yasmín Esquivel, actualmente es asesora de la todavía ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Tratando de asumir su papel de víctima, tardíamente la ministra presenta una demanda por plagio y declara: «Soy la primera interesada en que se esclarezca esta situación en su totalidad y se compruebe la verdad. Por otra parte, he denunciado ante la Fiscalía correspondiente el supuesto plagio de mi proyecto de tesis. Esta campaña perversa, pretende incidir en la opinión pública e influir en el ánimo de quienes deben tomar la decisión en esta elección». Sólo falta que la UNAM sea parte de este disparate de la señora ministra y la exonere, así como así.
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