La fábula de la rana y el escorpión muestra claramente cómo algunos seres no pueden dejar de actuar como siempre lo han hecho, por más que se resistan, vuelven a mostrar las actitudes que los han caracterizado durante su vida. Esto lo podemos ver con el presidente López Obrador, quien había mostrado cierta comprensión y solidaridad con el periodista Ciro Gómez Leyva después de sufrir un cobarde atentado contra su vida de la que afortunadamente salió ileso, gracias al blindaje del vehículo en el que se transportaba.
Sin embargo, fiel a su naturaleza mezquina y rencorosa, horas después, volvió a llamar al periodista “vocero del conservadurismo”. Por tal motivo, Ciro Gómez Leyva señalo: «¿Qué necesidad había de hacerlo hoy? Pero bueno, no se pudo contener, y poco su naturaleza, y ya empezó las agresiones en mi contra: vocero del conservadurismo, etcétera, etcétera.
»Tratando de perfilar una hipótesis, una conjetura, una especulación sobre el ataque del jueves en la noche. Consideró que este comportamiento obedece a la forma de ser de Andrés Manuel López Obrador como persona: ese hombre, aquí no hablo del presidente, hablo de la naturaleza de ese hombre», concluyó el periodista de Imagen Noticias.
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