¡Gracias a Dios! Ya se acabó el Mundial. «Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza» y el señor presidente a sus mañaneras

Final
Se termina el Mundial de Qatar 2022 y el regreso a la normalidad FOTO: WEB

A los que no somos aficionados al futbol soccer tanta euforia por una serie de partidos de futbol entre selecciones de diferentes países se nos hace raro, algo exagerado. Sobre todo, porque cuando la selección de nuestro país ha quedado eliminada, el aficionado de futbol adopta a una de las selecciones que avanzan, y así, conforme van avanzando, adoptan a otra y otra hasta que se deciden por uno de los equipos que llegaron a la final. En México, después de la derrota de la selección nacional, algunos adoptaron a la selección de Croacia, otros a la de Marruecos y los más latinoamericanistas a la selección de Argentina. Finalmente ganó Argentina la final en contra de Francia, y muchos ahora lo celebran, como si fueran argentinos, aunque en su vida han leído un cuento de Borges, o hayan escuchado una canción de Gardel.

Terminó el Mundial y como dice la canción de Serrat, «con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas». Se acabó el Mundial y en México sigue de presidente López Obrador, siguen asaltando a los paisanos que llegan a pasar la navidad con sus familiares en México, sigue la inflación y la gasolina a 25 pesos el litro. Siguen los feminicidios y la violencia contra las mujeres, siguen desaparecidos los desaparecidos y siguen desapareciendo los aparecidos.

En México los cárteles de la droga siguen controlando miles de municipios en el país, sigue la corrupción, el influyentismo y las mentiras en las mañaneras; siguen los atentados contra periodistas, mientras Pío demanda a los que lo exhibieron, José Ramón López Beltrán sigue su vida de lujos en Houston y el hijo menor del presidente sigue en Inglaterra como hijo de magnates. ¿Y el resto de los mexicanos? «Vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza» y sanseacabó.

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