Apenas había emitido el decreto de disolución del Congreso cuando la Fiscalía de Perú ya tenía una orden de aprehensión en contra del presidente Pedro Castillo. Medios informativos reportaron que el todavía presidente fue detenido en la sede de la prefectura, en la avenida España. Algunas versiones señalaban que Pedro Castillo buscaba llegar a la embajada de México en Perú, por lo que personas opositoras al presidente acudieron a la sede de la embajada para bloquear el camino y así evitar que Pedro Castillo recibiera asilo por parte del gobierno mexicano.
De hecho, el canciller Marcelo Ebrard declaró: «Si Pedro Castillo pide asilo a México, se lo damos, pero no lo ha solicitado». Antes de ser destituido Pedro Castillo y a los pocos minutos de que tomara la decisión de cancelar el Congreso, López Obrador declaró: «Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución».
Vale señalar que en Argentina la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue sentenciada a 6 años de prisión. En Perú Pedro Castillo ya fue destituido. ¿Y en México?
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