Desde que un bebé nace se encuentra rodeado de situaciones emocionales que, en muchos casos, si no se sabe cómo tratar, el menor puede acarrear consecuencias psicológicas a una edad adulta. Algunos estudios realizados por especialistas indican que el crecimiento de un bebé debe consistir en el amor. Entre los principales consejos que los especialistas sugieren está el abrazar al menor. Los estudios indican que un abrazo, una caricia o una mirada genera en el niño seguridad emocional pues la piel es el órgano más extenso del cuerpo y tiene millones de conexiones neuronales que hacen más vivo el vínculo entre la madre y el niño.
Si bien, para sentir la calidez que emite una caricia o un abrazo no es necesario ser un bebé, está comprobado que los menores crecen con mayor estabilidad emocional si en lugar de gritos las cosas se resuelven con cariño. Algunos doctores señalan que incluso si el menor está pasando por una crisis de coraje, estrés o incomodidad lo más recomendable es entender que es lo que pasa y después darle un abrazo.
Otra de las formas en donde se pueden utilizar las caricias y los abrazos es al momento de corregir al niño, pues no importa que tan mal se portaron, el bebé debe sentirse querido. Por supuesto sin caer en la mala decisión de solapar una mala conducta.
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