De manera coloquial un acarreado se define como «una persona que es presionada para asistir a un acto público o que lo hace a cambio de recibir una pequeña compensación». Una persona que no va por su propia voluntad, que no va por sus propios medios, es un acarreado. Pero claro, para Morena los acarreados son los de otros partidos, no los suyos. El senador César Cravioto trata de explicar los llamados de muchos líderes de Morena, diputados y gobernadores, quienes ofrecen transporte para ir a la Marcha de la Venganza de López Obrador: «¿Cómo quieren que llegue la gente de Sinaloa? ¿Cómo quieren que llegue la gente de Querétaro? ¿En carros particulares? La gente se organiza y se suben a un camión y llegan en camiones, pero eso no es ser acarreado».
Ha trascendido que cada diputado estatal o federal tiene una cuota de acarreados que debe llevar a la marcha del domingo 7 de noviembre. ¿De dónde saldrá el dinero para este acarreo? El líder de los diputados morenistas, Ignacio Mier, asegura que cada diputado puede usar su dieta para pagar a los acarreados; por supuesto, sabemos que mucho del acarreo se costeará con el dinero de los mexicanos.
¿A qué le sabrá esta marcha al presidente, sabiendo que, a diferencia de la marcha a favor del INE, la mayoría de los presentes serán acarreados? Este es un ejemplo claro de los excesos de poder; es un ejemplo que muestra cómo los caprichos de un presidente pueden causar un gran caos en el país.
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