Uno de los policías comunitarios dijo al presidente: «Vivimos aislados, no podemos bajar, antes se sembraban productos del campo que se llevaban a vender a Chilapa, sin embargo, han matado señoras, han dejado viudas, muchos niños huérfanos». El policía comunitario fue enfático cuando dijo al presidente: «Estamos armados, pero qué quieren, ¿que nos dejemos matar? No se puede, tenemos familia que defender, si no nos defendemos quién lo va hacer?».
¿De qué tamaño fue la empatía del presidente López Obrador? Sin inmutarse el presidente de los mexicanos les dijo: «Hay más formas más efectivas de lucha contra la violencia». Tal vez lo que López Obrador podría recomendar es que les den abrazos a los delincuentes que violan y matan a sus vecinos; es la solución que él siempre ha propuesto.