Se atrevería a ser operado por un médico que nunca tuvo prácticas anteriormente o ser diagnosticado por un psiquiatra que no conoce las partes elementales y funcionamiento del cerebro. Pues resulta que muchos estudiantes de medicina que confiaron en las Universidades del Bienestar, se han quejado precisamente porque no han realizado prácticas de disección y anatomía, ni cuentan con maestros especializados.
Es más, no tienen ni maestros, por esa razón, se armaron de valor y se atrevieron a protestar por dicha situación. Tal parece que dichas escuelas sólo fueron una promesa de campaña más, ya que no han recibido ni infraestructura digna ni recursos para su funcionamiento adecuado.
Que no se nos olvide que estas escuelas fueron creadas supuestamente para atender a quienes no tenían acceso a estudios superiores. Y su resultado está siendo peor para los propios estudiantes: más que una educación, están recibiendo una simulación.
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