No es Claudia

Claudia
Claudia Sheinbaum Pardo FOTO: WEB
- en Opinión

Francisco Vargas / No es ninguna novedad si en alguna carretera o autopista del país te encuentres con alguna imagen propagandística de Claudia Sheinbaum, y no precisamente dentro o alrededor de la Ciudad de México, ni tampoco por motivo de su recién cuarto informe de gobierno, ni mucho menos para llegar a sus gobernados capitalinos.

La señora Sheinbaum está entregada al cien por ciento a su campaña publicitaria para impulsar su candidatura a la Presidencia en 2024, basta ver las publicaciones en sus redes sociales para darse cuenta que en lugar de comportarse como gobernante y servidora pública en funciones, se mantiene en un rol permanente de candidata política, con giras por todo el país y no separándose del Presidente López Obrador, para que de paso se sirva convenientemente de la imagen del Ejecutivo Federal y llegue a más mexicanos.

En menos de 4 años, Claudia Sheinbaum se ha convertido en la persona con más inversión propagandística de todos los políticos activos que pretenden buscar la Presidencia de la Republica en menos de dos años, también para nadie es un secreto que es la “corcholata” favorita de López Obrador para ser la candidata de la 4T y por consecuencia sucederlo en la silla Presidencial, porque para ser honestos, a estas alturas (a no ser que ocurra algo exageradamente inesperado) cualquiera quién fuere el candidato de Morena en 2024, sería prácticamente el próximo Presidente o Presidenta de México, de ahí el origen de la desesperación de Sheinbuam y los otros tres virtuales precandidatos: Adán Augusto, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, en obtener la candidatura.

Sin embargo, parece que la inmensa cantidad propagandística volcada hacía la imagen de la señora Sheinbaum tiene muy escasos y nulos resultados, pues es que hacer revivir a un muerto es algo prácticamente imposible, y Claudia es una de esas personas que simplemente no conecta con el electorado, ella así como Cuitláhuac García en Veracruz, se vió favorecida por la inmensa ola “Pro AMLO” que azotó el país en 2018 e hizo que Morena arrasará en casi todo México, pero tanto su imagen, su presencia y su personalidad son simplemente amargas, aburridas y sin ningún vínculo positivo ni siquiera con sus propios partidarios en Morena. El Presidente López Obrador tiene presente mejor que nadie esos factores, y es por ello que desde hace ya varios meses ha echado andar toda la maquina propagandística del Estado para apoyar a Sheinbaum en complicidad con la mayoría de los Gobernadores de la 4T del país, para así hacer llegar la presencia de Claudia a los rincones más lejanos del país con la justificación de impartir dizque conferencias y ratificar absurdos convenios, así mismo la señora de la voz agripada parece más bien candidata política que jefa de gobierno, algo que raya prácticamente en lo ilegal y que de aplicar la ley, tanto el INE como el Tribunal Electoral podrían imponer sanciones y en su caso más grave, anular su postulación en 2024, negándole así el siquiera ser candidata del oficialismo.

El postular a alguien tan políticamente débil como Claudia Sheinbaum, advierte una cosa muy clara, que AMLO, el cual dicho sea de paso, elegirá al candidato morenista del 2024 y no la encuesta chapucera que promueve Mario Delgado, está privilegiando la lealtad a ciegas por encima de la efectividad política y electoral, algo que tendrá consecuencias, una de ellas, favorecer a la oposición para tener margen de competencia y al menos no permitir que la 4T se lleve la mayoría en el Legislativo.

Aunque cuidado porque en una de esas, se le desinfla (aún más) la campaña a la regenta y la oposición termina dando una sorpresa, bien lo dijo el ex Presidente Calderón: “Es una pésima candidata, no entusiasma ni a sus huestes”.

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