Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, hubo un hombre que sabía todas las jugadas del exmandatario, ese era Josep Córdova Montoya, jefe de la Oficina de la Presidencia de México. Ningún presidente puede desempeñar sus funciones sin contar con alguien de todas sus confianzas. En el caso del actual presidente, él se vale de los servicios de Alejandro Esquer, persona de toda confianza del presidente López Obrador, quien lo ha acompañado a lo largo de su carrera política.
Sin embargo, ahora con las revelaciones de Guacamaya y del libro El Rey del cash, se sabe que también ejercía funciones de recaudador de moches, desde luego con la anuencia del mismo López Obrador. Lo cierto es que estos hechos contradicen la doctrina que ha venido predicando el presidente, de que no son iguales a los priistas y panistas. De acuerdo con el periodista Riva Palacios, Esquer recibía a los funcionarios con una copia del organigrama y estructura de la oficina que dirigían.
«En función del número de empleados en la nómina, les decía la cuota que tenían que entregarle mensualmente». Cuotas que eran pagadas con dinero de trabajadores de los tres niveles. Es un hecho que, estas revelaciones no sólo golpean al Ejecutivo federal, sino que también pasan rozando a los que pretenden contender para el 2024, incluyendo al mismo Marcelo Ebrard. No cabe duda que el caso del presidente López Obrador, cabe el dicho aquel que dice, cae más rápido un hablador que un cojo.
Comentarios