Lentamente pero contundente el hackeo que logró el Grupo Guacamaya; ha puesto al gobierno del presidente López Obrador de rodillas. El hermético y opaco gobierno de la 4T se había mantenido muy cerrado a mostrar documentos sobre el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, la compra de vacunas, datos sobre muertos por covid, la explosión y los 135 calcinados de Tlahuelilpan, la liberación de Ovidio Guzmán y el avión presidencial. Datos que, de acuerdo al actual gabinete, no debían de conocer los mexicanos.
Hoy se muestra una radiografía de cuerpo completo de las componendas entre el Gobierno Federal y el Ejército mexicano. Pero lo verdaderamente preocupante para el Ejecutivo federal es que esos documentos se encuentran sobre el escritorio de periodistas como Carlos Loret de Mola y Carmen Aristegui.
Lo cierto es que muy pronto los mexicanos conocerán cómo se hicieron contratos de los elefantes blancos como el nuevo aeropuerto, la refinería de Dos Bocas y el polémico Tren Maya. Tenga por seguro que más de 10 funcionarios cercanos al presidente están comenzando a gestionar sus amparos. Eso ni lo dude. Por cierto, si la oposición no aprovecha esta coyuntura, tenga por seguro que ya no habrá otra oportunidad como ésta.
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