Y es que para muchos especialistas y medios de comunicación, el presidente López Obrador ya no se pude desdecir de su pretensión de que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México sea su sucesora, muy a pesar de que Marcelo Ebrard tenga más aceptación entre la militancia dura y reacia como en los simpatizantes del canciller.
Por otro lado, no ha pasado desapercibido el trabajo del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien ha despertado simpatías entre morenistas y entre simpatizantes de otras fuerzas políticas. Por lo pronto, Claudia Sheinbaum ya se siente y se mira como la próxima presidenta de México. Al menos así se lo ha hecho creer su potentado y protector tabasqueño.