Como su fuera una película de Luis Estrada, específicamente de aquella llamada, La ley de Herodes, la política mexicana no deja de asombrarnos; primero una gobernadora campechana, popularmente conocida por cargar al erario público sus muchas cirugías y una cantidad basta de cremas y maquillajes para restar los estragos causados por la edad. Resulta que esta gobernadora, agarró de puerquito al exgobernador del estado de Campeche, exhibiendo la bajeza política y la pobre calidad moral del líder tricolor.
Sin embargo, como si fuera un guion de cine, la campechana sospechosamente detuvo abruptamente sus video misiles contra “Alito Moreno”, esa tregua, solo pudo haber sido producto de una orden tabasqueña. Pues bien, se sabe que en la sesión de ayer en la Cámara de Diputados, que por cierto será recordada como una de un muy bajo nivel de debate, pero también por lo soez del lenguaje de algunos diputados.
Incluido el lenguaje del ex gobernador campechano, al que por cierto, no lo bajan de traidor entre las huestes azules. Pues resulta que, al terminar la intervención de su compañera Yolanda De la Torre, se le alcanzó a escuchar, en el lenguaje tan típico de él, un “chingona mi Yola, chingonsisima”. Pues ni hablar, queda claro que ni al director de la Ley de Herodes, se le hubiera imaginado escenas como las que se están viendo en congreso federal.
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