Los fueron a traer del Conalep, del Cobaev, del Tebaev y del Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos (Itesco). Eran alumnos con sus uniformes escolares que llenaron más de la mitad del auditorio donde se presentarían las conferencias por el Cuarto Congreso de Energía que encabeza Rocío Nahle. Por supuesto, para los avezados analistas veracruzanos este tipo de eventos sirve para que el gobierno federal le vaya midiendo el agua a la olla de los camotes. Rocío Nahle en Veracruz ni es bien querida ni es bien aceptada.
Si los veracruzanos tienen conocimiento de ella es porque están enterados de que metió a la familia y amigos al negocio de Dos Bocas, una refinería que presumen terminada, pero que no va a dar un litro de gasolina, al menos no en este sexenio. Por ello la Nahle no despierta interés entre los veracruzanos.
Si bien la clase política de Morena en Veracruz asistió a su evento en el World Trade Center Boca del Río, lo hizo para quedar bien con ella, pues calculan que la zacatecana será la próxima gobernadora de Veracruz. El más necesitado de Rocío Nahle es Cuitláhuac García, quien anda buscando al candidato que le cubra los desfalcos, las arbitrariedades jurídicas y judiciales; alguien que llegue, vea la casa destrozada y no le importe denunciar a nadie. Esa tapadera podría ser la Nahle.
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