Qué días aquellos en que la senadora Claudia Balderas comía tacos de la mano de su novio Mario Espinoza, hoy preso por secuestro, acusado de pederastia en su momento. Pero la senadora morenista lo defendía y hasta respondía a quienes la increpaban. «Yo apoyo a Mario porque somos pareja, y eso hacen las parejas APOYARSE (…) Deja de estar chingando la madre, no nos molestes, déjanos ser feliz», eso le decía al periodista Ignacio Carvajal. Fueron varias las ocasiones en que defendió a su “marido”, los delitos eran graves. Quiso meterse con una menor de edad a un motel; lo detuvieron conduciendo la camioneta de la senadora, con la senadora a bordo, y le encontraron cocaína.
Hoy la señora ya no se acuerda de esos días, antes bien, ya sin el lastre del marido cocainómano, la señora se gasta su dinero en indumentarias kitsh que confunde con prendas de “haute couture”. El día de la elección de la nueva Mesa Directiva del Senado Claudia Balderas usó una prenda de Balenciaga, un suéter cerrado de 31 mil 850 pesos, comprado en el Palacio de Hierro, que le lucía como si se lo hubiera comprado en la paca de la Central de Abastos.
Atrás quedaron los años de andar en las comunidades de sur de Veracruz, comiendo papas de bolsa y refrescos de lata. Hoy, con una delgadez enfermiza, pretende olvidar al “Gato” Mario Espinoza, quien fuera el amor de su vida.
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