En México las palabras peyorativas juegan un papel fundamental para expresar las emociones de enojo o alegría, o en ocasiones usamos frases retoricas para justificar el estado de alguien, por ejemplo, si queremos decir que alguien se está haciendo pendejo, los mexicanos suavizamos la frase y decimos que esa persona se hace como el Tío Lolo. Pues creemos que algo parecido le está pasando al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, ya que a pesar del ataque y asedio desde Palacio Nacional, el ministro se hace como el Tío Lolo y se queda como que la virgen le habla.
Y es que, esta semana que fenece, los mexicanos fuimos testigos de cómo el Ejecutivo federal dijo sentirse arrepentido de los cuatro ministros que propuso para integrar el pleno, como quien da a entender que esperaba que los nuevos ministros le pagaran el favor con sometimiento. Después vendría el ataque del precandidato al gobierno de Coahuila, quien señaló por nombre a 16 jueces cuyas sentencias no se ajustaron a los deseos del ministerio público.
Nuevamente el presidente de la SCJN se hizo como el Tío Lolo. Nunca emitió ni un tuit ni sacó un video tiktokero defendiendo la independencia del poder Judicial ni mucho menos defendiendo o solidarizándose con sus colegas. El funcionario sólo guardo sepulcral silencio, no sabemos si por conveniencia o, como dicen en el rancho, acaso será que «el miedo no anda en burro».
Comentarios