En los años de “la plenitud el pinche poder” priista, aludiendo al famoso Tío Fide, progenie y digno representante de la corrupción priista, había temas que se tocaban sólo por encimita; éstos tenían que ver con la Iglesia y con el Ejercito Mexicano. Los miembros de estas instituciones contaban con una patente de corso que los hacía intocables. Hoy las cosas como que quieren cambiar un poco. Al menos eso se pudo observar cuando Alejandro Encinas, encargado de la investigación de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, hizo señalamientos precisos en contra de altos miembros del Ejercito Mexicano.
Y es que el subsecretario Alejandro Encinas nuevamente se refirió al caso del normalista que era miembro del Ejército, reiterando que en ningún momento sus mandos superiores activaron el mecanismo de búsqueda, el cual, de haberse aplicado, «evidentemente hubiera evitado la desaparición de todos los muchachos».
Además, la acusación más fuerte es que se «se presume que seis de los estudiantes se mantuvieron con vida hasta cuatro días después de los hechos y que fueron ultimados y desaparecidos por órdenes del Coronel, José Rodríguez Pérez». Con esta acusación se confirma que el Ejército sí estaba informado desde el principio de la desaparición de los estudiantes normalistas.
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