Si el presidente piensa que los maestros serán catequistas de su doctrina lopezobradorista, está muy equivocado. La propuesta del nuevo Plan de Estudios para la Educación Básica anunciado ayer por la Secretaría de Educación Pública (SEP), y que operará como programa piloto en el siguiente ciclo escolar en menos de mil planteles, ya está levantando polémica entre los maestros que leen. Y es que las autoridades de SEP, muchos de ellos, con amplia experiencia detrás de un escritorio, pero sin la más mínima en el aula, fueron los encargados de hacer un Plan de Estudios de Educación que, más que innovar y facilitar el aprendizaje para los alumnos, sólo deja ver un espíritu doctrinario.
Por ejemplo, los estudiantes de secundaria en México aprenderán a identificar qué partido impulsó las obras de infraestructura en el país, si fueron parte de una promesa de una campaña, dónde se ubican y el nivel de satisfacción y beneficio para la población, señala la propuesta del nuevo Plan de Estudios para la Educación Básica.
Pero eso no es todo, en el contenido del plan curricular de Geografía para secundaria, se solicita propiciar «la reflexión de parte de las y los jóvenes acerca de transformaciones espaciales derivadas de la toma de decisiones y las acciones de las autoridades en los niveles local, estatal y nacional». En otras palabras, en este nuevo plan de estudios en educación básica, se ve sospechosamente oculto un caballo de Troya que busca adoctrinar en lugar de fortalecer la enseñanza.
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