Una vez que se diera a conocer el ataque armado por parte de un grupo de narcotraficantes contra elementos de la Policía de la Ciudad de México, se supo que los 14 sicarios implicados fueron acorralados en San Miguel Topilejo, un Pueblo ubicado al sur de la Ciudad de México. Tras la información, una señora residente de dicho pueblo contó que uno de estos sicarios que estaba siendo perseguido, ingresó a su domicilio con la intención de esconderse.
La mujer cuya identidad hasta el momento se ha mantenido confidencial contó: «Yo estaba en el baño, tengo una hija que no ve, estaba acostada en su cuarto, ella me gritó: mamá, en ese momento que entré lo vi sentado en la cama y le dije qué haces aquí tú y quién eres. Me dijo, ‘es que me vienen siguiendo’ y le pregunté, qué hiciste. Me dijo ‘es que soy traficante me vienen siguiendo y me van a matar’. Yo le dije vete. No me metas en problemas, se bajó a la tienda se compró un refresco y se fue por toda la curva, él era de estatura mediana, medio güerito, más o menos delgado y venía todo de negro, me dejo un rifle en la cama un tipo de teléfono y dejó un pasamontañas», señaló la mujer.
Después que la mujer relatara lo que vivió el día del enfrentamiento, abandonó su vivienda por miedo a sufrir un ataque en su contra o en contra de algún familiar. Sobre los hechos ocurridos el secretario de la Policía Capitalina, dijo que están investigando a fondo lo ocurrido y que se le brindará apoyó a la mujer. Sobre el arma y el teléfono que el sicario dejó en la vivienda, señalaron que servirán de pruebas para recabar información.
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