Resulta que la señora, que por cierto cuando fue legisladora ponía sus gastos de cremas y cosméticos al gasto del erario público, cada ocho días acusa al mentado Alito de un presunto ilícito en un programa nocturno que ella conduce.
Sin embargo, esta acción se le puede revertir, ya que antes la funcionaria campechana debería asegurarse que ella no tenga cola que le pisen y, por ello, pronto tendría que aclarar los señalamientos de que varios de sus parientes están en la nómina del gobierno. Los nombres están por demás, pero de algo estamos completamente seguros, son muchos y sí son sus familiares. Así que, si de colas largas se tratan, la de Layda Sansores no es muy pequeña.