La situación económica para muchos estudiantes que quieren superarse en la vida es un obstáculo que día con día se vuelve más crudo. Hay quienes para lograr el sueño de terminar una carrera profesional son capaces de lo que sea. Kassandra Jones, es una joven de 28 años, ella vive en Nueva York. La joven vivía bajo la preocupación de saber que sus ingresos monetarios no le alcanzarían para pagar su maestría en Nutrición. Ante esta situación la joven comenzó a idear maneras para solucionar el problema.
Un día una institución de fecundación in vitro se contactó con la joven, al parecer la institución le hizo una propuesta sobre vender sus óvulos por una muy buena suma de dinero que le alcanzaría para pagar toda su carrera. Al enterarse que la suma de dinero que le darían era de 50 mil dólares, la joven Kassandra aceptó el trato. «Escuchar esa cifra de dinero en voz alta me deja casi sin aliento. Realmente no tenía otra opción. Desearía que no fuera solo para mi matrícula. Desearía que ese dinero fuera para el pago inicial de una casa o para poner en marcha mi propio negocio», relató la joven.
Por su puesto el desenlace de la noticia no es tan simple como pareciera, pues en el proceso de sustraer sus óvulos había mucho sufrimiento. «Todo el proceso en sí requirió mucho trabajo. Tuve que aprender a ponerme inyecciones. Había mucha presión e hinchazón en la parte inferior de mi abdomen, dolor por calambres que me dificultaba caminar, pararme, sentarme o reír», relató la joven donante. Cabe destacar que una de las afectaciones que en el futuro se le presentará a Kassandra será su infertilidad.
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