La soberbia y el exceso de confianza son una combinación letal antes de un rotundo fracaso. Eso lo saben muy bien los integrantes de la selección de México de menores de 20 años. Esta pírrica y timorata selección ha dejado escapar el boleto a dos torneos de alto calibre: los Juegos Olímpicos de París en 2024 y el del Mundial de la categoría el próximo año. La caída ha sido estrepitosa por donde quiera que se le vea, los mexicanos, acostumbrados a dar la batalla en estas justas, no dan crédito a lo que consideran una verdadera tragedia griega.
Esta rebatinga ocurrió la noche en San Pedro Sula, Honduras. El Tri juvenil jugaba los cuartos de final del campeonato sub-20 de la Concacaf frente a Guatemala. «Es un fracaso, un resultado vergonzoso», admitió Gerardo Torrado, director deportivo de la Federación Mexicana. «No es el fútbol que merece la afición, ni por el que estamos trabajando. Los resultados obtenidos ayer no debieron haberse registrado bajo ninguna circunstancia», agregó Luis Pérez, el entrenador de esta selección.
Ni porque los mexicanos tuvieron un penal a favor, aprovecharon la ocasión. A dos minutos del final el árbitro les concedió un penalti. Lozano pidió chutar y ahí se encontró con una barrera infranqueable con el portero Jorge Moreno. Ni hablar, es difícil aceptarlo, pero México en la Sub 20 está para llorar. Por cierto, la selección mayor también no canta mal las rancheras.
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