La mayoría de las organizaciones, sean políticas, religiosa o sindicales, siempre apelarán a su unidad. Saben que sólo unidos tendrán cohesión y fuerza. Eso lo saben muy bien los dirigentes de Morena, por esa razón convocaron el 12 de junio a sus fuerzas vivas para ver cómo los aspirantes a la candidatura presidencial convivían en santa paz deshojando la margarita de sus sueños y aspiraciones. Sin embargo, aunque el evento público tuvo como propósito mandar a la opinión pública un mensaje de unidad, resulta que las cosas no salieron como se esperaban.
Al menos, la usencia de Ricardo Monreal, poderoso coordinador de los senadores, pesó mucho al grado de que el bombero de Palacio Nacional tuvo que apagar el fuego que amenazaba con crecer. En una de sus conferencias mañaneras, el señor del visto bueno dijo que deberían de invitar a Ricardo Monreal.
No obstante, en sus adentros el Ejecutivo federal sabe que, mediante sus encuestas tamaleadas, él determinará quien será el “bueno” o la “buena” para sucederle en la candidatura a la presidencia. Por lo pronto, el mensaje de unidad que lanzó Morena sólo fue un mero intento, pero nada más. Y todo por no invitar a Ricardo Monreal.
Comentarios