El poderoso líder sindical Fidel Velázquez Sánchez, originario del municipio de Villa de Nicolás Romero en el Estado de México, acuñó en piedra la siguiente frase: «El que se mueve no sale en la foto». Esta expresión tuvo el claro propósito de mantener férreo control sobre aspirantes y procesos internos de selección de candidatos, al tiempo que articulaba una velada, pero directa advertencia: Nadie deberá anunciar antes de tiempo su aspiración. Hoy los tiempos son otros dos años antes de la elección presidencial, los candidatos morenistas ya andan en plan proselitista.
Al menos el día de ayer no sólo se destapó el canciller Marcelo Ebrard, sino también se destaparon abiertamente sus seguidores como Malú Mícher, José Narro Céspedes, Lupita Covarrubias, José Ramón Enríquez, Joel Padilla y Antonia Cárdenas. Pero el que robó cámaras fue el extitular de la UIF, Santiago Nieto.
Los jorocones morenistas no deben de olvidar que, en los tiempos del PRI, la prioridad del líder nacional no podía ser otra que conservar la unidad política de su partido y respaldar su decisión con la suma de los apoyos de sectores y organizaciones más representativas. Hoy la unidad pasa a segundo plano y eso puede ser muy peligroso para Morena, y si no, ahí se verá cuando le quieran hacer los tamales de chivo al Carnal Marcelo.
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