Lo señalamos en un artículo anterior. Como en el cuento de Cortázar, el crimen organizado se ha ido apropiando poco a poco del país. Con una facilidad que asombra los grupos criminales toman mercados, como el de Chilpancingo y asesinan a los distribuidores de alimentos; en San Cristóbal de las Casas se pasean por horas con armas largas en las calles y se enfrentan a grupos rivales como si de un campo de batalla se tratara. En Sinaloa ponen sus propios retenes, y mientras no pase nada, dice el presidente, no hay problema. En la Ciudad de México la extorsión a los bares está imparable.
Por si eso fuera poco, en Campeche se reporta que un comando armado de más de 10 personas abordó y asaltó la plataforma del Complejo Operativo de Rebombeo en la Sonda de Campeche. Los sicarios sometieron al personal de Pemex con armas largas. ¿Qué buscaban? Los trabajadores dicen que los delincuentes se llevaron algunas herramientas, así como equipo de respiración autónoma (ERAs). A pesar de que el asalto se reportó a las autoridades, no hubo presencia de la Marina en el lugar.
Los analistas señalan que esa plataforma de rebombeo instalada en la Sonda de Campeche es un punto vital para la producción petrolera de México, pues tiene la función de rebombear el crudo de los tres oleoductos de 36 pulgadas que van desde las plataformas en el Golfo de México hasta las refinerías, petroquímicas y complejos procesadores de gas en el macizo continental. Todo indica que el asalto es una muestra de fuerza, un amago para el gobierno de López Obrador, un mensaje en el que le dicen que ellos podrían, si quisieran, hacer estallar el lugar.
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