Ciudad de México. El mercado y la economía han cambiado en los últimos años de forma inesperada e increíble. El mérito, o la culpa, es del marketing. No se puede montar un negocio, no se puede montar una empresa, sin hacer antes un buen plan y estudio de marketing en profundidad. De hecho, detrás de cada éxito hay una planificación precisa, un proyecto que hay que seguir y articular con mucha calma y concentración. Hay estrategias que seguir, herramientas que utilizar.
Así lo demuestra el sector del juego legal en México, que ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años, sobre todo en su componente online.
«Un crecimiento que debe leerse también, sobre todo, bajo el prisma del marketing. Sin una gran e intensa inversión en marketing, el juego online no habría podido crecer – nos explican los editores de CasinoSeguro.mx. Así lo demuestra también la trayectoria ascendente de varias marcas presentes en México que han invertido especialmente en marketing responsable para crear un juego público cada vez más accesible. En este sentido, estamos hablando de una herramienta que es, cuanto menos, imprescindible para un proceso de reforma del sector”, concluyen desde CasinoSeguro.mx.
En el sector del juego es necesario fomentar una correcta comunicación de los productos, ya que hay muchos consumidores que son proactivos y quieren estar informados. De ahí surgió la idea del marketing responsable. Actuar sobre el consumidor con un paradigma diferente y poner antes la información y luego las palancas clásicas del marketing como precio, posicionamiento y comunicación.
Por ello, no es casualidad que, en la inauguración del evento ICE London 2022, el director general de la Comisión del Juego del Reino Unido, Andrew Rhodes, haya querido centrar la atención en los retos actuales de los reguladores del juego. Explicó que, aunque la máxima prioridad sigue siendo proteger a los consumidores de los posibles riesgos del juego excesivo, aumentando los niveles de protección, así como maximizando las actividades de lucha contra la ilegalidad, ha surgido de forma abrumadora la necesidad de hacer algo con respecto a la avalancha de nuevas ofertas de consumo e «inversión» que se hacen a los ciudadanos, que no serían clasificables dentro del espectro del juego, aunque representen verdaderas formas de juego.
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