Ahora sabemos que, desde antes de que se supieran resultados del peritaje por el accidente de la Línea 12 del metro, Claudia Sheinbaum tenía una clara resistencia a las conclusiones que la consultora noruega DNV había hecho. La consultora señalaba enfáticamente una «serie de deficiencias e inconsistencias» que encontraban en el documento, que concluye que la tragedia tuvo cuatro causas concurrentes: fallas en el diseño, en la construcción, en la supervisión de la obra y en las inspecciones y mantenimiento de la línea ferroviaria.
Durante los meses de febrero y abril de este año, la consultora noruega DNV no cedió ante su postura y rechazó enfáticamente las acusaciones de la administración capitalina, como se muestra en una serie de oficios que se mandaron la consultora noruega DNV y Claudia Sheinbaum. «Es un informe deficiente, mal ejecutado, con problemas técnicos, tendencioso y falso», respondió la mandataria el pasado miércoles.
Como ya sabemos, Claudia Sheinbaum anunció la demanda civil y la intención de rescindir el contrato con DNV. Desde luego que en gran parte se debe a que se le atribuye a su gobierno, mal mantenimiento a la línea accidentada.
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