Muchos creyeron que, con la revocación de la reforma educativa del gobierno de Peña Nieto, las cosas mejorarían no sólo para el magisterio, sino también para los millones de alumnos. Sin embargo, la USICAMM no ha demostrado eficiencia y eficacia para otorgar las plazas de nueva creación y tampoco se ve rapidez en la entrega de horas de maestros que se han evaluado para crecer laboralmente.
Eso sin contar que también se cancelaron las pruebas Pisa y Enlace, que permitían diagnosticar el nivel de aprendizaje del alumnado. Desafortunadamente se ve muy lejano que la calidad educativa mejore si no hay verdadera vocación y voluntad por parte del mismo presidente de la República.