Si algo hay que reconocerle al presidente de México, es que tiene un olfato político electoral muy afinado. Cuando él puso al frente de la Segob a su paisano Adán Augusto López Hernández y quitó a Olga Sánchez Cordero, a quien mandó al Senado para hacer contrapeso a Ricardo Monreal, varios creyeron que lo ponía porque era su paisano y amigo. Hoy, con sorpresa vemos que en Tabasco lograron que el pasado domingo fuera a las urnas un número de ciudadanos equivalente al 35.9 por ciento para participar en la consulta sobre revocación de mandato.
Quienes movieron la poderosa maquinaria se quedaron a sólo 4.1 puntos porcentuales del mínimo que se requiere para que los resultados de una consulta de este tipo, sean vinculantes. Por cierto, Claudia Sheinbaum se queda en la medianía con sus resultados, es más, hasta Cuitláhuac García tuvo un poco más que ella.
Desde luego que con esos resultados y con sólo una entidad, no hubiera bastado para hacerlos vinculantes, sin embargo, los que saben de política reconocen que, con estas cifras, convierten al secretario de Gobernación en uno de los más eficaces colaboradores del presidente. Y aunque hace apenas una semana el jefe del Ejecutivo dijo que el responsable de la política interna no es precandidato, hoy, con estos resultados, hay quienes insisten en ponerlo a jugar. Total, los números son los que cuentan.
Comentarios